¨La apostasía, sigue siendo, el arma que Satanás continua usando bien sutilmente; endureciendo los corazones para que, cuando la semilla (la palabra de Dios) llegue no caiga en un corazón contrito y humillado. Sino todo lo contrario, un corazón, no arrepentido, lleno de lujuria, avaricia, ambición, totalmente superficial para las cosas verdaderas de Dios. Mateo 13: 3-7 / Gálatas 1: 6 / 1 Juan 2: 19/ 1 Timoteo 1: 18-20.
¨A algunos de los falsos seguidores de Cristo lo que realmente les atrae es la multitud, pero tan pronto vislumbran lo que realmente es el evangelio, pasan a la historia.
El seguidor superficial de Cristo no tiene ningún sentido de lo espiritual, de lo eterno y de lo divino, ni ningún amor en particular por Dios o apego a Jesucristo; vive para el aquí y ahora, y si Jesús no le cumple, allí se acaba todo.
Nunca pensaron de Jesús más que como el rey terrenal que les daría la libertad terrenal y la venganza que querían. No tenían interés en “Venga tu reino. Hágase tu voluntad”. Más bien estaban diciendo: “Venga nuestro reino, hágase nuestra voluntad”. Querían obligarlo a que siguiera la agenda terrenal que tenían. Esto es típico de los desertores, miran a Jesús como el que va a resolver sus dilemas diarios, arreglarles la vida, suplir sus necesidades y antojos, y hacerlos ricos.
No se puede llamar a las personas a Cristo para que el Señor les haga estupendos milagros y les enderece la vida.
¨Juan 6:24-27. La multitud fue a Capernaúm por motivos no muy legítimos, lo único que les preocupaba era satisfacerse personalmente mediante sus milagros, pero Jesús estaba diciendo: “Ustedes están buscando lo que no deben buscar. Están hablando de desayuno, y yo les estoy hablando de la vida eterna.” una vez mas, cuando no hay compromiso o el evangelio no nos confronta, siguen a Jesús por motivos muy afuera del llamado al verdadero arrepentimiento.
¿Cuántos hacen lo mismo todos los días: van a la iglesia y le dan la espalda a la vida eterna? Por eso tenemos que predicar sobre el infierno. Por eso tenemos que advertir a la gente sobre lo que habrá en la vida venidera. Las almas no necesitan mas, un evangelio de fantasía, necesitan escuchar, que lo mas importante que nuestro señor y salvador JESUCRISTO vino a hacer a este mundo, es para darnos la SALVACION. La gente tiene que comprender lo que está haciendo. Está bien sentirse atraído por el grupo y fascinado por el poder sobrenatural de Jesús, pero en algún punto uno tiene que adorar y arreglar cuentas con los asuntos eternos. Mientras desconozcan lo que es realmente importante, la eternidad en Cristo, no serán salvos.
Los desertores espirituales le hacen demandas a Dios. Vienen impetuosos a la iglesia con la actitud (verbal o no):
“Está bien, Dios. Voy a darte seis meses de plazo para que lo cumplas, y si no, ¡me largo!”
Juan 6:28-35
Muchos en la iglesia cristiana están tratando de tener poder y los predicadores los alientan. Les dicen
“amigos, queremos que tengan poder”. Después tienen lugar cosas estrafalarias y la gente se pone a brincar y a gritar, a lanzar alaridos, y a saltar y a hacer piruetas por todo el lugar, básicamente por solo una cosa: están tratando de conseguir el poder. Es una situación triste cuando la gente quiere el poder más de lo que quiere a la Persona, a Jesucristo y su palabra.
Los buscadores de emociones jamás ven suficientes señales y maravillas. Eso es lo triste al tratar de atraer gente al cristianismo con la promesa de un milagro. La promesa de milagros sostiene a discípulos superficiales, pero jamás los satisface. El pan de Moisés servía para la nutrición física, pero Jesús era el pan para la nutrición espiritual; la vida eterna.
¨Los que abandonan a Jesús , son los que no quieren ningún tipo de compromiso, no están dispuestos a ,someterse, los que no quieren sufrir por la causa del evangelio, los que se constituyen, enemigos de Dios, y de la CRUZ DE CRISTO. Los que predican la palabra, escuchan la palabra; pero no la viven. 2 Timoteo 3:1-5/ 2 Pedro 2:9-10
¨. Los desertores espirituales no buscan ninguna relación personal con Jesús. Los que predicamos el evangelio y proclamamos la verdad de Cristo, podríamos afligirnos por la incredulidad, pero recuperamos la esperanza gracias a la promesa sólida de que los que el Padre atrae, vendrán. La Salvación es completamente un plan de Dios, y cuando el Padre atrae a las personas, ellas van a Él.
La verdad divide las personas. La meta de la predicación cristiana no es simplemente abrir bien la puerta para que podamos absorberlos a todos y hacer que se sientan bien como en sus casas. La mera es predicar la verdad a cuantos sea posible, para que podamos separar los verdaderos creyentes de los falsos. Desafortunadamente se ha perdido, el celo de Dios y su palabra, el mensaje que hace nacer de nuevo al pecador, es por eso que exhortamos a continuar, no importando lo que salga en el transitar del camino del creyente. Juan 3: 19-21 / Hebreos 4: 12-13
¨Juan 6 : 45-51. los que abandonan a Cristo, no tienen hambre de la verdad, menos de Dios, están saciados en sus propios delitos y pecados, su alimento espiritual, no es la palabra de Dios.
¨Ellos estaban atascados en sus propios antojos egoístas, terrenales, materiales y por eso no oían las palabras de Jesús ni creían en Él. Jesús sabía quienes iban a ser los desertores y quién iba a ser traidor. (Judas no se fue con este grupo. Se quedó hasta el mismo fin, esperando que a la larga sacaría provecho de Cristo).
Finalmente hallamos a unos cuantos verdaderos discípulos que dicen: “No tenemos a dónde ir. Tú tienes las palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y hemos llegado a saber que tú eres el Santo de Dios” que es un título mesiánico. Estos eran los que en efecto pensaban en las cosas celestiales. Eran los que genuinamente deseaban una relación personal con Jesucristo, que comprendían la vida del Señor, y que, con corazones quebrantados por sus pecados, deseaban arrepentirse y recibir la salvación. Son bienaventurados, porque consolaron al Señor con su amor y lealtad en aquella hora. Hermanos en el Señor, sigamos a Jesucristo, y no a hombres, o alguna religión, Jesús esta a las puertas, es tiempo de arreglar las cuentas con Dios.
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Jesucristo viene pronto.